Si ahora mismo te estás preguntando… ¿Puede “El Mago de Oz” (una película con más de 70 años) ayudarme a desarrollar mi estrategia de marketing digital? No te conformes con leer la introducción de este artículo y deja que te acompañemos en este viaje fantástico.
¿Has tenido alguna vez la sensación de aterrizar de golpe en el mundo de Oz?
A mí me pasó la primera vez que enchufé mi “Pentium I” a la ranura del teléfono a través de un viejo módem de datos y descubrí Internet. Y esta sensación se repitió cuando empecé a desarrollar campañas de marketing digital: De repente te despiertas en un mundo fantástico lleno de posibilidades inalcanzables hasta la fecha (interacción directa con tus clientes, contenidos personalizables, medición en tiempo real, nuevos marcos de relación a través de medios sociales, nuevas formas de segmentación de clientes, etc.), pero desconocido y lleno de peligros a la vez.
Por todo ello, si en el proceso de elaboración de una estrategia de marketing digital te dejas ayudar (como Dorothy al aterrizar en Oz) por 3 fantásticos compañeros de viaje, el trayecto seguro que será mucho más seguro, cómodo y gratificante:
¡Sé valiente!… pero prudente: Aprende de tu amigo el León.
Seguro que has tenido que vencer a muchos temores para llevar a buen puerto una estrategia de marketing digital. Ya sean tuyos o de un tercero al que dar servicio. En esos momentos iniciales, estoy convencido de que, al igual que el León del cuento, lo que más has anhelado es una buena dosis de coraje.
“Si les dejo hacer comentarios en mi web… ¿No aprovecharan para hablar mal de mi producto?”, “¿Tengo que hablar menos de mi producto para centrarme en ofrecer un servicio útil a mis clientes GRATUITO?… ¿Y cómo voy a vender?”, “¿Realmente hay alguien que quiere tener una conversación conmigo ahí fuera?”…
Nadie puede garantizarte que nada de esto te ocurra. Pero lo que sí está claro es que si tus clientes están en este entorno, tú no puedes ser menos. Y la buena noticia es que en marketing digital se puede (o mejor dicho, se debe) testar cualquier estrategia antes de hacerla extensiva. Así pues, de nuestro viejo amigo el león podemos aprender a atrevernos a probar (y a experimentar con cosas nuevas: redes sociales, nuevos dispositivos, aplicaciones…), cuesta mucho menos de lo que nos pensamos y el beneficio que puede llegar a obtenerse puede superar todas las expectativas.
Pero cuidado con tus impulsos, antes de pasarte de valiente recuerda que estos temores iniciales no estan del todo infundados… Hay peligros reales en el mundo on line del que debemos protegernos si queremos alcanzar el éxito. Por ello, déjate aconsejar por tu siguiente compañero de viaje: El espantapájaros.
¡Ten cabeza!: Déjate aconsejar por tu amigo el espantapájaros.
El espantapájaros es un tipo listo: No se cansa de pedir un cerebro. Y es que en el mundo del marketing digital, como en el mundo de Oz, más vale pensar primero antes de actuar.
Porque una vez tenemos superados nuestros temores y nos ponemos manos a la obra, lo más fácil del mundo en este tipo de entornos es poner en marcha cientos de actividades: contratar palabras clave en Google, activar cuentas en redes sociales (Facebook, Twitter, LinkedIn, Pinterest, YouTube…), abrir páginas web indiscriminadamente, contratar banners… Olvidando para qué lo hacemos y las características propias del medio en el que lo hacemos. Es decir, qué objetivos queremos cubrir con ellas y si estamos llevando a cabo la estrategia más adecuada para alcanzarlos de la forma más eficiente (esto no va de lanzar mensajes indiscriminadamente, si no de escuchar y participar en una conversación abierta).
Por lo tanto, de nuestro amigo el espantapájaros debemos aprender que, sin un objetivo claro y una estrategia definida, tu presencia en este tipo de entornos carece de rumbo y sentido.
Pese a ello nos sigue faltando una pieza fundamental. Porque si algo hemos aprendido todos de internet es que es el medio democrático por excelencia. Está hecho por y para las personas y de esto sabe mucho tu último compañero imprescindible de viaje: el hombre de hojalata.
¡Menos algoritmo y más corazón! Tu amigo el hombre de hojalata puede ayudarte.
Hay una verdad fundamental que deberíamos aplicarnos TODOS cuando trabajamos a través de cualquier herramienta de comunicación que nos pueda proporcionar el canal on line: No todo lo que puede ser contado cuenta y no todo lo que cuenta puede ser contado. Esto lo decía Albert Einstein (que tiene la mala costumbre de tener razón en casi todo lo que afirma).
Esto significa que no todo se reduce en tediosos datos cuantitativos, complicados lenguajes de programación o frías máquinas que nos conectan. Detrás de todo esto hay algo mucho más esencial y trascendente: corazón y ánima. Por fin podemos mantener una relación uno a uno con personas (no targets) interesadas en nuestras marcas, productos y servicios. Y esto tiene un valor brutal. Al igual que el hombre de ojalata, la tecnología más puntera nos trae una forma más humana de relacionarnos con nuestros interlocutores: más personalización (proximidad), generosidad (compartir) y diálogo… menos imposiciones, saturación y egocentrismo de marca.
El factor humano está más presente que nunca y debe aprender a gestionarse si se quiere tener éxito en una estrategia de comunicación digital.
Y para terminar nuestro viaje por el maravilloso mundo de Oz, una rápida encuesta.
Y recuerda:
Somewhere over the LINE
Way up high
There’s a land that I heard of
Once in a lullaby
